Novia a la espera“. Aunque parezca el típico título de película romántica americana, esa es la anécdota de la boda de Laura y David. Y para los maliciosos que ya están pensando que el novio fue el que se retrasó…decirles que están muy equivocados.

Laura y David son de esas parejas majas con las que es muy fácil trabajar y con las que conectas enseguida. Con simplemente cuatro ideas que nos dio Laura sobre lo que le gustaba y lo que no…ya teníamos claro qué es lo que quería para su boda: una decoración sencilla y que se saliese de lo habitual. Había visto algunos trabajos nuestros que le habían gustado y que se adaptaban a su estilo y las tonalidades que había escogido que iban entre morados, malvas y violetas (ya sabéis la percepción de color es algo muy personal y no todos vemos el mismo color igual). Pero bueno, la paleta de tonalidades estaba bastante definida. En aquel momento no supimos el porqué de la elección de color…pero el día de la boda lo descubrimos: los pajes y las damas de honor vestían con estas tonalidades.

La iglesia era la de Valladares. Lo que no sabían Laura y David es que esa iglesia nos produce algo de tristeza personal y que a las 3 personas que estábamos allí decorándola se nos puso un pequeño nudo en el estómago. Pero por ese mismo motivo, quisimos que luciese más bonita que nunca.  Orquídeas moradas sobre bolas de mimbre blanco, gerberas fucsias y rosas blancas fueron las flores elegidas. A las flores añadimos elementos decorativos como cubos de zinc, cuencos de cristal con pélatos, faroles con flores, una bicicleta de forja para los saquitos de arroz y árboles de boj sobre una alfombra blanca para la decoración exterior.

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arte floral muscari

floristería muscari

Pocas veces tenemos la oportunidad de ver a nuestras novias antes de que lleguen a la iglesia. Por lo general, cuando les llevamos su ramo alguien se encarga de recogerlo mientras ellas acaban de peinarse o se están vistiendo. Por eso, cuando una super sonriente Laura nos abrió la puerta, nos dejó muy sorprendidos. Tan amigable y cercana como siempre, no se la notaba nerviosa… al contrario, estaba radiante, y más al ver el ramo “qué bonito…me encanta”. Cómo tan pocas palabras y una sonrisa…dicen tanto!!

El momento de la boda fue una locura…hacía tanto calor que era asfixiante. La verdad, era uno de esos días que trabajar se hacía más duro (y más ver a los y  las invitadas trajeados aguantando el tipo bajo un sol de justicia).  Hacia tanto tanto calor que llegamos a temer que la decoración exterior se estropease por culpa del sol. Y de repente, a su hora, David desaparece con los invitados dentro de la iglesia. Las simpatiquísimas y guapísimas damas de honor esperando a Laura en la puerta… y nosotros expectantes de verla llegar con nuestros ramo en la mano… Y a lo lejos vemos a la novia llegar en el coche… :-$ …. y que pasa de largo…

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¡Nada!, Laura se ha rajado…bromeamos nosotros y algún invitado despistado. Pero no! no se había ido en plan “Novia a la fuga” como Julia Roberts. Es que sus pequeños pajes no habían llegado…y quería esperarlos. Nada más y nada menos que  30  minutos tardaron en llegar…y nuestra novia esperando en el coche. 30 minutos esperando bajo un sol de justicia, con un vestido que debía de dar mucho calor y nos imaginamos que muy nerviosa. Al final todo salió genial, Laura a la que nunca le falta una sonrisa, llegó tan sonriente a la iglesia… y el retraso de los pajes se convirtió simplemente en la anécdota de la boda.

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Como siempre, a Laura y David desearles toda, toda, toda la felicidad del mundo y que la vida os acompañe llena de sonrisas.

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