Nos casamos en la iglesa de Baiona y luego nos trasladamos al Restaurente Rocamar para celebrar el convite. No pudimos hacer mejor elección del sitio. Además de su buena comida – exquisita y en abundancia como buena boda gallega -, sus instalaciones exteriores e interiores nos dieron muchísmo juego para el tipo de boda que queríamos. Ambos somos farmacéuticos y gran parte de los invitados está relacionados con este sector, así que queríamos que este fuera el marco temático para la decoración. El resultado fue pura magia del equipo de Floristería Muscari. Se acuparon de todo hasta el mínimo detalle. Nos encantó el candy bar en forma de farmacia y los meseros y minutas personalizados por mesa con plantas medicinales. Increíble el resultado.