La boda del 8 de marzo en el Parador de Baiona y posteriormente en Pazo de Cea fue una de esas bodas llenas de detalles diferentes. Andrea, la novia, pensó en todo … y en todos sus invitados. Hasta en los más pequeños.
Nuestra novia buscaba una boda con un aire vintage, que tuviese algunos toques de estilo American Wedding. Colores suaves, tonos pastel, rosas empolvados y blancos fueren los colores elegidos por Andrea para decorar la iglesia y el Pazo de Cea. Para el altar, jarrones con rosas, paniculata, pitiminís y gladiolos…unas flores que pusieron ese toque romántico a Capilla del Parador de Baiona. Los bancos con una decoración floral en la misma línea, llevaban colgando unos cubos de zinc a los que la novia les añadió su toque personal al colocarles una lazada de puntilla blanca.
La verdad, es que en conjunto quedaba todo muy armónico, elegante y romántico. Incluso la luz tamizada que entraba por las ventanas de la capilla durante la ceremonia ayudó a crear un ambiente mágico.
Como siempre, y fieles a la tradición el novio y la madrina llegaron unos minutos antes de una radiante novia que eligió un ramo de Astilbe en rosa. El momento divertido lo puso el sobrino de Andrea, que portaba un cartel avisando de la llegada de Andrea. “Aquí viene la tita”.
Siempre intentando innovar y ser diferentes, Andrea y Javier eligieron unos pompones de colores y arroz para que los invitados les lanzasen a la salida de la iglesia. El efecto en el aire era muy llamativo.
Ya en el Pazo de Cea, Andrea se encargó de que no faltase ningún detalle en este escenario tan bonito.
Centros de mesa en los mismo tonos que la iglesia, candelabros con velas, jaulas con flores, cubos de zinc, tazas de Mr. Y Mrs. en la mesa presidencial, una mesa infantil muy especial, etc.
También destacaron los rincones con encanto para quitarse fotos y el seating plan utilizando una vieja puerta del pazo para ubicar a los invitados en sus mesas. Lo mejor fue aprovechar los espacios verdes para integrar estas decoraciones con el entorno natural de la finca.
Finalmente, nos quedamos encandilados con un una cata de quesos preparada para los invitados. Era simplemente perfecta, preciosa tanto por la idea como por la presentación cuidadosa y detallistas. MARAVILLOSO